Cuando a la ilusión la matan,
presagias cenobita soledad,
esa que enfría las venas,
esa que, afilada, taja la razón.
Esa que notas que llegó
entre un latido y otro,
y que por transitar en el vacío
no la viste llegar.
Esa ilusión que viste y sonreíste
esa que tanto pasó y pasó,
que tantas veces se jugó la vida,
se perdió como lágrima en el mar.
Cuando la ilusión se apuesta,
se apuesta por la vida,
y si pierdes, pierdes ese segundo
en que latió tu corazón.
F. E. B.
miércoles, 25 de noviembre de 2015, 2:35:53
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